lunes, 23 de septiembre de 2013

En las jaulas de la academia

Siempre vi un referente para proceder educativamente en mi vida, la guardería tenía que ser "Nuestra Casa" porque allí habían estado todos los hijos de los vecinos, en esa época era el tiquete para terminar en un buen colegio...

Llegue al colegio sin saber lo que me iba a pasar, y no me refiero a la bajada de la sudadera en plena cafetería; una charla propinada por un gracioso amigo del grado de mi hermana mayor, "la foca". Me refiero a que todos me iban a preguntar años después que si yo tenía la fortuna de estudiar en el mismo colegio que había estudiado el redentor de la patria Alvaro Uribe Vélez, o que si era cierto eso de que juanes había puesto de moda las mechas largas en el Jorge Roledo, o no muy despresiable y mejor el cuento de que nuestro profe de educación física era el ex alumno Santiago Botero y las clases eran en bicicleta. Siempre fui necio en todo el sentido de la palabra, hasta usándola, no me cansé de decir que me importaba poco que esos personajes de renombre hubieran pasado por las gloriosas aulas de mi institución.

Hoy tampoco quiero poner el grito en el cielo por los "vivos" que viven de los no tan "bobos", esos que vieron la oportunidad en cambiar unas notas de los necesitados, y digo necesitados en el buen sentido de la palabra, es decir, se necesita ser muy pendejo para engañarte a ti mismo y no bastándote con eso le pierdes de 400 mil a un millón de pesos. Lo recalco, se necesita ser más que bobo para actuar con esa lógica en la cabeza, siendo así me parece que el calificativo de "pendejo" es pertinente.

Aquí radica el mensaje de esta palabrería cuidadosamente compuesta por Nicolás y no por un periodista de x o y universidad, siempre tuve miedo de que Uribe diera mucho de qué hablar, de que Juanes pasasara de moda y de que Santiago Botero se cansara de dar pedal... Por eso nunca dije yo soy del colegio de....

Así mismo funciona para unos personajes que brillan por sus cagadas como los polémicos empleados de la Universidad Pontificia Bolivariana.

La sociedad del mutuo elogio la vivo conmigo, y aunque me costó, hoy confío mucho en mi, por eso nunca le doy el crédito a las instituciones y siempre quiero ir a lo individual, que sea esta la ocasión para hacer uso de una frase que escuché que decía un suegro...

"La jaula no importa, lo que verdaderamente la hace relevante es el pájaro"