jueves, 21 de marzo de 2013
Bus, lluvia y bendiciones
miércoles, 20 de marzo de 2013
Metro de Amor, Medellín y Perdidas
Hoy 20 de marzo estuve en El Sistema Metro, ellos, quienes utilizaban un tuvo vertical para mantener el equilibrio de sus besos, también iban ahí.
Los niños del colegio INEM que llevaban en sus cabezas uno de esos motilados que te provocan correr cada que se lo vez a alguien, iban preocupados porque no iban a lograr entrar al estadio.
Uno de ellos en tono pícaro les dijo: "no pidan para la boleta, con uniforme de colegio hay que pedir para el pasaje", siempre lo he pensado, si ya pedir es vergonzoso, no podemos deberle a la misma vergüenza con una mentira.
De repente una ella llamó e inmediatamente se quejó:
-¿por qué me contestó?- dijo. Concentrada en la respuesta del otro lado. La conversación siguió:
- aaaaahhh ¿se le acabaron? Bueno entonces lo llamó ahorita-
Y entonces pensé, no es "la del pobre" es la del "práctico".
Entre una cosa y otra uno de los hinchas del poderoso dijo que se haría un tatuaje en la pantorrilla, lo describió con la fecha memorable de sus cien años "1913".
La mancha roja y yo nos bajamos en la Estación Estadio, caminar por la carrera 70 era mi próxima estación, y en ese momento cuando iniciaba mi marcha escuché: "señor es que nos quedamos sin nada para el pasaje..."
Tan amables se corren hasta atrás
lunes, 18 de marzo de 2013
Dios no comulga con los puños
martes, 12 de marzo de 2013
Yo era parte de la historia
"Esa historia en la foto, la foto en la mesa, la mesa en la sala, la sala en la casa, la casa en el barrio, el barrio en la ciudad" Así lo dijo una vez un amigo de esos que sólo Dios sabe poner en el camino, Robinsón Posada "El Parcero del Popular Número 8". Siempre me pregunté por qué no siguió con el país y después el mundo y así hasta llegar al más oscuro de los hoyos negros, después de años y vivencias concluí que las ciudades se hacen grandes no por los metros cuadrados si no por sus historias.
Aquí abro mis más humildes "retinazos", no me disculpo, pero no me castiguen cuando mis ojos no vean lo mismo que los suyos, a veces suelo no enfocar bien, prefiero volver a repasar con mi mirada y ponerle el sentir de quien vive sus historias para contarlas.
Soy "opinador" de calle y vividor de buses, considerado a sí mismo como el alma en pena que ama el barrio, manejo lo que tengo: mis dos pies y los billetes de baja denominación, escribo asfalto, defino el interés como un aroma u otro que depende de la lupa con la que se le mire, la mía está rota.
Escupo lo que pienso y medito lo que digo.