martes, 26 de noviembre de 2013

Cuando Sea Grande

Un ser humano como cualquiera, uno de esos que se equivoca combinando los colores de su ropa, esos que no encuentran cómo limpiarse rápido y la mejor opción es la misma ropita, uno como usted, como yo, así como lo expresé en un principio, como cualquiera.

Ahí estaba, menudito y apoyado en un pequeño muro que sostenía las sentaderas de su diminuta humanidad, un tipito que me revolcó el día en tres segundos. Mis 1.77 de estatura se encontraban tomando algunas fotografías y así como en cualquier momento del día, simplemente, paso: 

Fundación Ximena Rico Llano, cualquier día y hora de noviembre de 2013. 

En una de mis aventuras laborales me vi reunido con un grupo de unos cuatro infantes, estábamos en un modesto parque color verde pálido, entre las preguntas de un adulto a un niño me despaché con "joyas" como:

- ¿Y cómo se han portado?
- ¿Cómo se llama tu mami o tu papi?
- ¿Qué le estás pidiendo al niño Dios?

Entre una respuesta y otra lancé la pregunta que iba a cambiar el rumbo del día: 

¿Tu qué quieres ser cuando seas grande? 

Cambió el día porque él, que  miraba con esa cara de sobradez dijo que no sabía qué quería ser, como buen adulto le dije que yo cuando tenía la edad de él todos teníamos sueños y queríamos ser un montón de cosas de las que no estoy seguro si alguna vez quise ser en realidad (astronauta, reina de belleza muda, Presidente de la República horado, bombero, policía, etc..) 

Fue entonces cuando todo tuvo sentido, yo solamente acentaba y afirmaba con mi cabeza haber dejado en el niño una enseñanza de aquellas que te llevan sonriente en el camino a casa, pero fue un errror, ignoré descaradamente el prudente silencio, ignoré la lógica contundente y la habilidad del don de la palabra.

Me miró extrañado y me dijo: ¿Cuando eras como yo querías ser un profe tomador de fotos? 

Sin armas para responder, con mi risa interna alborotada y dichoso de compartir con personas tan inteligentes decidí decir una mentira piadosa y correr.... 

- CLAROOOOO!! 

No conozco el punto correcto desde una mirada pedagógica, pero prometo no volver a escudriñar el futuro de los niños y las niñas con la "carajadita" esa de qué quieres ser cuando seas grande, me preocuparé por lo que quieran jugar en el presente.

PD: Si se tomaron la molestia de leer el texto, pido respetusamente no confundir inocencia con lógica.
¡Son brillantes, una bendición!



  

jueves, 24 de octubre de 2013

HERMANOS DE VIDA, HERMANOS DE CALLE

 "No lo puedo creer era el abogado", "qué injusto si es el médico, administrador, ingenero, buen hombre o esa que ya sabíamos que iba a terminar ahí". Hay algunos seres mágicos como usted o como yo que por circunstancias de la vida toman rutas difíciles de entender.

Y es que es tedioso buscarle culpables a los obstáculos de la vida: 

- Es que él se relacionó con unos socios regulares que se aprovecharon de él y lo llevaron a la quiebra.
- Es que la mujer lo dejó y se estuvo paseando por el club con el nuevo amante.
- Resulta que los hijos le pagaron mal y el hombre se dejó llevar por los malos hábitos.

Así la gente va con el opinómetro por delante, es triste porque los seres humanos estamos muy pendientes de los tropiezos y no de los triunfos.  Esperar a que un exitoso caiga en desgracia para admirar y resaltar entre el pensamiento primitivo y la boca el peor estado de un hermano, ese es el éxtasis  de aquellos que hoy son los mejores amigos de las malas energías.

Bogotá tiene la mágia de las metrópoli, permite dibujar escenas de filantropía pura en las calles, si hubo monedas o hubo algún tipo de recompensa para el maestro que pueden ver a continuación no es lo que me importa, lo maravilloso es el tiempo que se tomaron algunos jóvenes para admirar a Edgar Espinoza desde su interior, desde lo que realmente es, qué buen tipo, qué bueno tenerlo entre nosotros, todo un experto de sortear los barrotes para poner a volar nuestros más íntimos sentidos musicales.  

No lo culpo, no lo juzgo y  lo admiro porque su profesión es vivir,  pudo haber pasado, pasan y pasaran miles de situaciones en su andar que yo no lograré entender porque simplemente no me dedicaré a vivir la vida por usted, las calles del planeta son muchas, los amigos de los instantes pocos, ojalá pueda toparme con usted algún día, seguro mis ojos reflejarán el placer de poder conocerlo.



lunes, 23 de septiembre de 2013

En las jaulas de la academia

Siempre vi un referente para proceder educativamente en mi vida, la guardería tenía que ser "Nuestra Casa" porque allí habían estado todos los hijos de los vecinos, en esa época era el tiquete para terminar en un buen colegio...

Llegue al colegio sin saber lo que me iba a pasar, y no me refiero a la bajada de la sudadera en plena cafetería; una charla propinada por un gracioso amigo del grado de mi hermana mayor, "la foca". Me refiero a que todos me iban a preguntar años después que si yo tenía la fortuna de estudiar en el mismo colegio que había estudiado el redentor de la patria Alvaro Uribe Vélez, o que si era cierto eso de que juanes había puesto de moda las mechas largas en el Jorge Roledo, o no muy despresiable y mejor el cuento de que nuestro profe de educación física era el ex alumno Santiago Botero y las clases eran en bicicleta. Siempre fui necio en todo el sentido de la palabra, hasta usándola, no me cansé de decir que me importaba poco que esos personajes de renombre hubieran pasado por las gloriosas aulas de mi institución.

Hoy tampoco quiero poner el grito en el cielo por los "vivos" que viven de los no tan "bobos", esos que vieron la oportunidad en cambiar unas notas de los necesitados, y digo necesitados en el buen sentido de la palabra, es decir, se necesita ser muy pendejo para engañarte a ti mismo y no bastándote con eso le pierdes de 400 mil a un millón de pesos. Lo recalco, se necesita ser más que bobo para actuar con esa lógica en la cabeza, siendo así me parece que el calificativo de "pendejo" es pertinente.

Aquí radica el mensaje de esta palabrería cuidadosamente compuesta por Nicolás y no por un periodista de x o y universidad, siempre tuve miedo de que Uribe diera mucho de qué hablar, de que Juanes pasasara de moda y de que Santiago Botero se cansara de dar pedal... Por eso nunca dije yo soy del colegio de....

Así mismo funciona para unos personajes que brillan por sus cagadas como los polémicos empleados de la Universidad Pontificia Bolivariana.

La sociedad del mutuo elogio la vivo conmigo, y aunque me costó, hoy confío mucho en mi, por eso nunca le doy el crédito a las instituciones y siempre quiero ir a lo individual, que sea esta la ocasión para hacer uso de una frase que escuché que decía un suegro...

"La jaula no importa, lo que verdaderamente la hace relevante es el pájaro"

jueves, 4 de julio de 2013

Sueño Olímpico

En la villa de las ilusiones, en la tacita que todos llevan en la boca de arriba abajo con orgullo, una de las tierras de un grande del tango, una explosión de flores en agosto, la de la gente amable y pujante, la de los mejores Juegos Sur Americanos, la del rebusque, la rodeada por imponentes montañas. Sí, esa misma ciudad que hoy vio apagar el sueño de realizar los Juegos Olimpicos de la Juventud en el 2018.

Pregúntese en la sala de su casa con sus familiares por qué Medellín no fue la eligida por el Comité Olímpico internacional como la ciudad idónea para realizar los tan anhelados juegos, saque conclusiones que serán todas válidas porque realmente quienes podemos dar un concepto atinado del porqué no estamos hoy con el pecho inflado diciendo "soy antioqueño", somos nosotros, sí, cada uno de ustedes que la viven a su estilo y se hacen llamar ciudadanos de esta innovadora tierra.

Con la mano firme en el pecho y muy orgulloso de mi tierra, tengo que decirles que no era necesario que nos otorgaran el título de "Ciudad Olímpica" pues la ciudad está constituida por sus ciudadanos, es hecha  a pulso por cada uno de nosotros y es obligación propia reconocernos como lo que somos, una ciudad llena de virtudes con una proyección increíble e imparable, pero también somos un nido de defectos que lastimosamente nos hemos encargado de aplastar con nuestro ego ciudadano.

Y es que no basta con ser visionarios, tenemos incontables virtudes que si pusieramos a todos a hacer una lista, la media estaría dando como resultado una cantidad considerable de medellinenses que se sienten orgullosos de su Metro, de la misma Unidad Deportiva Atanasio Girardot, y así nos podríamos quedar enumerando punto tras punto. Pero qué pasa con lo que no es motivo de orgullo para la ciudad, no hay que resaltarlo, lo sé, pero no hay que desconocerlo y peor aún, llegar al grado de ser más ignorantes que la ignorancia misma.

Yo no sé si les suene catastrófico, es mi humilde opinión, pero ayer vi como le propinaban patadas a un ladrón en la cara y su tronco superior, ayer vi como insultaban a la señora que les dijo: "cójalo pero no lo golpee que lo pueden matar", ayer vi cómo el ladrón no se pudo parar y lo tuvieron que llevar cargado a la patrulla de la policia, ayer vi como una turba de "hérores barriales" le gritaban "por aquí no volvés gonorrea,  o ya sabes lo que te pasa", un tipo que posiblemente pudieron matar a golpes.

Llevo días, meses y años enteros viendo como nos volvemos más concientes del ambiente y el cuidado del mismo, veo como nos movilizamos y alzamos nuestras voces indignados porque los toros no deben morir y los árboles deben quedarse erguidos siendo la columna de nuestro tunel verde. Participamos masivamente en eventos deportivos con el único interés de decirle al país que aquí estamos preparados para ser anfitriones de eventos deportivos de talla internacional.

No me lo tomen a mal, no me tilden de tirano o de ser la sangre nueva de corrientes izquierdosas políticas, pero la carne es débil. Yo salgo todas las mañanas contando cuántas personas veo dormidas en la calle, les quiero compartir que  no hay día que mi cuenta baje de veinte, y sin importar el porqué ellos hoy habitan la calle, esto nos tiene que tocar igual o más que el medio ambiente, es que se trata de personas, de iguales que están viviendo la vida de una manera indigna, mañana la calle nos puede tocar la puerta a cualquira de nosotros.

Igualmente todos los días vivo la historia de cada familia y cada caso vulnerable que se vive en las comunas 8, 9 y 10 de la ciudad de la eterna primavera, sé  que no es pan de su cada día pero si del mio y se los quiero compartir: "es que el niño no puede volver porque la cuadra entera donde vivía fue desplazada por el combo del barrio". Para todo el que no lo sepa, o lo haya visto en miles de partes y aún lo ignore, ese fenómeno tiene nombre y se llama "Desplazamiento Intraurbano", interiorícelo y reconozca que su ciudad es la que más le aporta en cifras al país.

Tenemos el decoroso y prestigioso primer lugar de ser el departamento con mayor número de muertes violentas a mujeres en lo que va corrido del año 2013. Soy un tipo que resalta lo malo? No, soy un tipo que lo tiene presente porque el olvido es el mejor amigo para inmortalizar las injusticias sociales.

En este orden de ideas no me quejo de no ser la ciudad elegida hoy, no me quejo porque no necesitamos rótulos para saber que vivimos la ciudad olímpicamente.

Ya podré imaginar sus comentarios y los pensares de los que no comentan este tipo de publicaciones, pero las redes se hicieron para esto, para tejer y construir desde la comunicación, yo no quiero ignorar que somos una ciudad maravillosa, llena de buenas personas y de unos valores innmensos, pero tampoco me quiero olvidar de aquellos que viven la ciudad que tenemos que ayudar, que tenemos que entender y que debemos proteger.

Aportar cada uno el mínimo grano de arena para no ignorar nunca las desgracias del otro. Mi sueño olímpico es una pisca más de filantropía para mis queridos paisanos.

martes, 11 de junio de 2013

Detrás de una historia superior a la mia

Mi mejor amigo del día había sido el radio, siendo las 5:58 pm me subí al bus Circular Coonatra 301 y me encontré con un montón de gente que también se había perdido el partido de Colombia, con valentía seguí y me quedé parado esperando encontrar alguna historia que me alegrara la tarde. 

Envuelto en la misma historia empecé a ver cómo el bus iba cada vez más rápido, vi cómo la gente afuera le hacía el quite, porque a leguas se notaba que el señor conductor nunca lo iba a hacer, como un momento de aquellos "davivienda" se escuchó aquella voz gruesa en la radio: "Como un homenaje a nuestros símbolos patrios a continuación escucharemos las notas del Himno Nacional de la Republica de Colombia"... A nadie le alcanzaron las agallas ni para "tararearlo" pues ahí dentro de ese tres letras íbamos haciendo de todo menos patria, además está demostrado que hacer fuerza y cantar no se escucha bien.

Las Torres de Bomboná, Niquitao, y por fin las luces rojas que obligaron  al "busetero" hacer paradas en la calle 33, por fin pude ver otros detalles ahí dentro, por ejemplo vi que la salida de emergencia era una escotilla en el techo que de quedar volteados como seguramente íbamos a quedar, lo que era una salida se convertiría en una entrada al pánico y a los actos desesperados. De fondo el comercial de una batalla entre las ESTRELLAS, donde Messi iba a CHOCAR CONTRA..... después de semejantes sensaciones me quedé perplejo mirando la imagen del "Sagrado Corazón" que le daba la espalda al conductor,  muy dentro de mi le grité "voltéate".

Después de que me pasó la paranoia, pude volver a las colombinadas clásicas, vi al pelado que portaba orgulloso su gorra de la Federación Nacional de Cafeteros, esa de ese material que uno solo ve lucir a los papás en la playa. Un tipo de un singular parecido a Apu que se montó al bus en un paradero y sin que arrancara de nuevo se bajó con esa única cara que hacemos los pendejos cuando se nos olvida algo.

En un viaje que parecía otro seguimos tranquilos escuchando de fondo unas 200 veces un slogan de una emisora que nos dejó claro a todos, incluso al desprevenido remedo de Apu que "Olímpica pone de todo" mientras tomaba nota en mi libreta y la señora de al lado me miraba de "R OJO" ocurrió lo inesperado, mi cansancio y mi otro yo hicieron que yo empezara a seguir el ritmo de un vallenato de esos romanticones con los pies. Yo me dije a mi mismo: "compañero, es mejor que llegues rápido a casa".

Llegó la hora de bajarme del bus y atravesar el Centro Comercial Unicentro, caminé detrás de una pareja de viejitos mal diciéndome por ser tan "guache" me miraba los pies y los regañaba mentalmente, es que era muy grave que les provocara bailar una cosa que dice: "no podrán derrumbar este amor de los dos..." Era una falta grave.    

Con algo de resignación y aceptando la realidad del poder de mi otro yo y mi cansancio escuché una conversación entre una señora que lustraba los zapatos y el dueño de los mismos en la plazoleta principal del Centro Comercial:

Lustradora: "Y ahora a ver el partido de la selección"
Dueño de los zapatos: "jaaa... Ya ganamos!"
Lustradora: "Ay ¿cómo así? y ¿cuánto?"
Dueño de los zapaos: "dos  cero ¿usted dónde estaba pues?"
Lustradora: "Pues acá, trabajando... ¿Y el partido era en Argentina o en Barranquilla?"

Con la convicción de que era mejor no escuchar más esa conversación, seguí caminando y arrepentido me retracté y les dije mentalmente a mis pies: "Puden irse bailando el género que quieran hasta la casa".



miércoles, 29 de mayo de 2013

Historia de un Samario Amarillo

Hoy lo abordé a eso de las 9 pm era su taxi un Hyundai seguramente de un modelo actual, tenía camisa blanca, unos 60 años encima y un recorrido de vida en cada cana que tupía su cabeza:

Nicolás:  Buenas Noches!!
El: Buenas noches, ¿el numero del código es?

Su pregunta saltó en un tono jocoso que dejó ver las mismas costas colombianas en su acento.

Nicolás: cuarenta y cinco.
El: Base, ¿me confirma con el 45?
Base: Adelante móvil con el 45
El: ¿A dónde vamo´ "compita"?
Nicolás: Vamos a San Joaquín.
El: Va pa´ esa "San Joaco" me dices por dónde.

Inmediatamente sentí que ese viaje no iba a ser uno más, aunque parecido a muchos, pues los peluchitos colgaban pegados de los espejos y el sonido del radio bajó hasta lucir como un sonido incidental.
Conversando, me dejó saber que él apenas lleva un mes y medio en la ciudad de la eterna furia, dijo que le daba muy duro y le pregunté del porqué y volvió a salir una explosión costeña de su boca.

EL: esta vaina es muy grande compa.
Nicolás: ¿de dónde es usted caballero?
El: De la bahía más hermosa de América, Santa Marta!!

La culpa de que esté en Medellín y haya sido víctima del desplazamiento forzoso, es culpa de la renovación empresarial, pues la empresa donde manejaba una pequeña buseta decidió renovar su personal de conductores por la sangre nueva, la atravesada, la que aguantará más fácil lu duro de las calles,  hasta que las canas hagan un nuevo "check out" masivo.

Humilde me cobró y antes de indicarle cómo se iba hacia Bello, le pedí su nombre para tenerlo muy presente en mis oraciones. Y es que hay que pedir para no llegar a esa edad con empleo, el sistema siempre será cruel, estamos condenados a la peor de las humillaciones humanas... el olvido!

Larga vida "Compa" Manuel!!

jueves, 2 de mayo de 2013

¿Vagones del Metro o Articulados de Transmilenio?

Todos los días me monto en una historia nueva, cada instante es un debate entre el ser y la ciudad, uno de esos que cada cual batalla como bien le plazca sin importar las leyes que se interpongan entre el yo "innovador" y el yo "vivo". Porque si de certeza hablamos no existe diferencia entre los unos y los otros, y no depende de cómo miremos el vaso, si medio lleno o medio vacío, porque si somos literales en cualquiera de las dos ciudades a las 6 de la tarde los vasos en los transportes públicos estarían totalmente derramados, sí sin agua, haciendo "charquito", de esos que da rabia, porque no son lo suficientemente grandes para verlos, pero si lo suficientemente húmedos como para empaparte hasta las medias.  

¿Qué nos diferencia? 
¿Qué nos hace tan interesantes al montarnos en el transporte público paisa?
   
 Yo que he vivido los dos, me voy a permitir compartirles mi "HUMILDE OPINIÓN". 

Empecemos por anotar que no se debe comparar Metro con Transmilenio, están en ciudades diferentes, rutas diferentes y para un volumen de público bien diferente. Con el perdón de ustedes y siendo conciente de la escama que levantará  mi siguiente afirmación, quiero confesar que a mi juicio... SON MUY SIMILARES.

- Qué en el Transmilenio hay tumultos, claro que sí compañeros... Por ponerles solo un ejemplo: los invito a  que cambien de línea en la estación San Antonio a las 6 pm... se vive, se siente el tumulto está presente.
  
- Que los conductores de Transmilenio son muy acelerados.... Ya van a decir que no han terminado pisando a medio tren porque al maquinista se le ocurrió acelerar en la mitad del camino cuando uno ya se soltó de su punto de equilibrio.

- Ustedes me dirán, "Qué va eso sólo lo entienden los rolos".... Ok mándelos entonces a "vallejuelos" desde Niquía con la única regla de no preguntar, ¿llegarán?  

- Allá en cada protesta los dañan y los vuelven "#$%& ... Acá la gente protestándole  a la vida se le tira quitándose la vida generando un trancón monumental en el sistema.

- Ese Robot de Transmilenio habla sin expresión, muy plano... habrá quienes digan que ese ánimo de quienes anuncian las estaciones en el Metro es demasiado feliz para su gusto.

- Que el precio!!... Los dos oscilan en la misma tarifa según las condiciones de cada uno, unos 1.600 pesos arroja la media estadística. 

Y así nos podemos pasar buscando las similitudes entre en uno y el otro, pero me aventuré a escribir a manera de análisis porque creo entender qué es lo que innova, qué nos hace hablar con orgullo de un sistema de transporte que conecto a toda la ciudad igual y como lo hizo Transmilenio. Acá también hay gente que huele maluco, allá también hay quienes se paran para dar el puesto a quien lo necesita, acá también nos ganamos un empujón, se nos cierra la puerta en las narices y corremos por las escaleras para alcanzar el vagón. Allá los niños también quieren ser los que pasen las tarjetas, corren en cuanto ven una silla vacía para terminan cargados mientras duermen sobre los pies de sus padres o madres. Somos tan exactos que lo único que nos diferencian son dos asuntos de corte Cultural, uno que nos lleva al otro:

1. Bogotá tiene la responsabilidad de llevar el apellido D.C. 
2. Es la ciudad de nadie, Colombia vive allí con ganas de volver a su lugar de origen

En Medellín acompañamos los empujones y los pisotones con una sonrisa, eso es loco, pero eso  como que innova. Es decir, yo te piso y además de pedirte excusas verbales, río.        

   

jueves, 21 de marzo de 2013

Bus, lluvia y bendiciones

Existe una razón poderosa que me recuerda que debo comprar algo, esa razón poderosa es la charlita pesada del aguacero de 3 a 6 pm que está cayendo diario sobre Medellín, el problema es que el resto del día, me olvido por completo de mi compromiso con la compra del paraguas.

Un proveedor hizo que lo esperara hasta más allá de las 7pm, yo sentí que era muy paciente, pero después no me dije mentiras, el afán no era tanto porque la lluvia era mucha, Por fin a eso de las 7:20 pm llegué empapado al frente de la iglesia San José y lo vi venir entre la lluvia, era el Laureles 190, qué alivio!

Ya adentro tomé asiento y vi cómo otro pasajero que recién había subido se sentó compartiendo banca con un señor, al darse cuenta de que había otra banca doble libre inmediatamente se paró y se cambió a su propia banca, y digo propia porque cuando uno va en un bus sentado sólo siente como suya la silla, por eso todo aquel que venga a sentarse con nosotros es considerado un intruso.

Después de que dos pasajeros lo tomaron como referencia en la calle para ver si el bus era el correcto, el conductor lo dejó subir a trabajar, su gorra escurría agua, su hablado era el del común entre los vendedores, su nivel de inteligencia era nada despreciable, el promedio de personas que hoy por hoy pagan su pasaje con un billete de dos mil pesos es bastante alto, así que la gran mayoría de personas del bus tiene dentro de sus bolsillos los 400 pesos en los bolsillos y ese era el costo de su producto.

Como si estuvieran en un baile los transeúntes sincronizan sus dos pasos atrás y  la llegada del bus al charco, todo con el objetivo de que el "chingleteo" no les moje lo poco que han logrado mantener seco los paraguas, porque no nos engañemos, a todo el mundo le queda chiquito, así que con y sin paraguas, todos llegamos a cambiarnos la ropa mojad a casa. 

Volví  a dirigir mi atención adentro del bus, íbamos en un taco sobre el puente de San Juan con la Autopista Sur, un tipo de acento costeño soltó una colombianada común y corriente, hablando por celular y empezando a bajar el retorno que nos conecta con la Avenida Bolivariana dijo: "Estoy en el bus,  ya bajándome en la casa"  Me quedé mirándole fijamente haber si conocía las llaves de La Plaza de Toros La Macarena, El Río Medellín o cualquiera de esos talleres mecánicos que hay por todas partes en ese sector.

A manera de servicio social comunico que en horas pico el bus 190 de Laureles no bordea el bario San Joaquín por la carrera 66 B, sigue derecho por la Avenida Bolivariana ya que es una calle más transitada y cuenta con paraderos de buses intercalados, así mi querida señora que evítese gritar: "vea déjeme aquí que ya otra vez cambiaron esto, ¿usted no volteaba aquí pues?" 

Ahí a punto de bajarme del bus la lluvia, el proveedor, los celos de puesto en el bus, los vendedores, los charcos, las colombianadas y el desconocimiento de la ruta en horas pico, no iban a lograr un cambio en mi estado de ánimo, yo estaba bien y así me iba a quedar.  

Depronto hubo un clic, mi libreta mojada, mi lapicero sin tinta y la chocolatina que le compré con mis 400 pesos, no era una "Jet" tradicional sino ácida, eso si logró que mi genio le pidiera asesoría psicológica a mi memoria, ella le dijo: "Recuerda lo que dijo el vendedor".

Que Dios me bendiga!!    

        






miércoles, 20 de marzo de 2013

Metro de Amor, Medellín y Perdidas

Hoy 20 de marzo estuve en El Sistema Metro, ellos, quienes utilizaban un tuvo vertical para mantener el equilibrio de sus besos, también iban ahí.

Los niños del colegio INEM que llevaban en sus cabezas uno de esos motilados que te provocan correr cada que se lo vez a alguien,  iban preocupados porque no iban a lograr entrar al estadio.

Uno de ellos en tono pícaro les dijo: "no pidan para la boleta, con uniforme de colegio hay que pedir para el pasaje", siempre lo he pensado, si ya pedir es vergonzoso, no podemos deberle a la misma vergüenza con una mentira.

De repente una ella llamó e inmediatamente se quejó:
-¿por qué me contestó?- dijo. Concentrada en la respuesta del otro lado. La conversación siguió:
- aaaaahhh ¿se le acabaron? Bueno entonces lo llamó ahorita-
Y entonces pensé, no es "la del pobre" es la del "práctico".

Entre una cosa y otra uno de los hinchas del poderoso dijo que se haría un tatuaje en la pantorrilla, lo describió con la fecha memorable de sus cien años  "1913".

La mancha roja y yo nos bajamos en la Estación Estadio, caminar por la carrera 70 era mi próxima estación, y en ese momento cuando iniciaba mi marcha escuché: "señor es que nos quedamos sin nada para el pasaje..."

Tan amables se corren hasta atrás


Tuve la fortuna que tal vez muchos han tenido, me monté en el bus 107 de la ruta Laureles 190, lo abordé varias esquinas atrás antes de llegar al "Palo" con "La Playa", en ese punto quedamos dos solitarios pasajeros, al llegar a la iglesia San José en plena avenida Oriental mi colega de viaje decidió que era mejor que yo siguiera sólo el mio y se bajó.

Al quedar sólo, tuve la oportunidad de sentirme dentro de una caja de acero que me  blindaba contra los ríos de gente que cruzan La Oriental al ver al muñequito verde del semáforo peatonal corriendo como en caminadora de gimnasio. Toda la corriente humana venía esquivando una carreta que ofrecía la libra de uvas chilenas a dos mil.

Diez minutos más ahí, parados esperando que de la turba humana saltara alguien con necesidad de esa ruta, no me pregunten por qué, pero nunca pasó. seguí el camino sólo y dos esquinas más adelante pasamos de cero acompañantes a 15 en una parada. 

Pasajeros de todos los estilos tamaños y colores: Un hombre con una facha trabajadora, una joven universitaria, un pantalón tan verde que no me dejó ver quién lo llevaba;solamente me pregunté ¿por qué lo llevaba? Y así seguí viendo un galán de camisa ajustada, una señora de pelo negro corto, dos estudiantes de medicina en pijama, en ese orden de ideas entró a escena una señora con un cabestrillo, uno más que con su pinta dice amar a Cortazar, el que uno cree que será el atracador y el que brinca la registradora a ofrecer los "loquiños" a  docientos, tres en quinientos, cuatro en setecientos.  Finalmente al no vender nada se bajó del bus cantando aquella salsa que sonaba de fondo "regresa pronto por favor...."

Los vi subir uno a uno, una señora encartada, un personaje con un parecido físico exacto a Reinaldo Espitaleta quien una vez  en los pasillos de universidad escuché decir: "hay que serle fiel a la pluma y   la realidad", y así entre unos y otros estábamos a reventar.

No cabía uno más, hasta tufo de alguno de los aguardienteros señores que subió en el Centro Administrativo La Alpujarra buscó ventana y al no encontrarla, decidió quedarse con nosotros adornando el ambiente. El recorrido era lento por el tráfico pesado, el conductor tres veces hizo paradas estratégicas para terminar de llenar su bus, era su propio tetris, no sé cómo hizo para saber que aún quedaban espacios y puso la puerta de atrás en las narices de tres alfileres más.

Total quedamos sobre poblados, la única diferencia entre los buses llenos de Medellín y los buses llenos de Bogotá es que en la capital ve uno a punto de morir a los que quedan colgando literalmente de las puertas, pero aquí en la ciudad innovadora es preferible llenar menos de tal manera que se puedan cerrar las puertas y los pasajeros tengan una muerte rosa por exceso de CO2.

Finalmente hubo una parada más, dos jóvenes "skaters" se disponían a subir, pero no sabían que había una joven ta bien parada como el mismo bus que le gritó al conductor: "Aquí no cabe nadie más, conchudo" A las puertas no les quedó más que volver a cerrarse, el motor subió las revoluciones y mi pluma, la realidad y yo estuvimos ahí para contárselos.

lunes, 18 de marzo de 2013

Dios no comulga con los puños

6:54 pm Parroquia San Juan Apóstol, mejor conocida como la iglesia del Centro Comercial El Tesoro. La situación era simple y cotidiana, paraguas de todos los colores se cerraban mientras la iglesia empezaba a sobre poblarse de fieles. Yo corría tras ella haciéndole el quite a la lluvia con el parpadeo de mis ojos, así logré entrar y seguir cada uno de sus pasos con una maleta colgando a mi espalda.

6:59 después de haber preguntado un par de veces: ¿están ocupados? y recibir el incómodo y contundente "SI" que sólo suelta quien sabe que está guardando un puesto y que odia hacerlo, decidimos esperar la llegada del padre en un extremo de la edificación, ahí quedamos en la mitad de nada y de todos, donde uno está seguro de que está estorbando pero que no hay nada que se pueda hacer al respecto.

Créanlo o no el padre salió y los que tuvieron fortuna se pusieron de pie para darle la bienvenida, escogí ir allí porque él tiene la capacidad de hacerme reír; simplemente porque logra con simpleza tocar las fibras de mi más mal humorada reflexión. 

La misa se puso en marcha y todos los pecadores de mi sector desviamos la atención hacia la pequeña de algunos meses que papá le entregaba a mamá en señal de relevo, los de atrás le hacía "carantoñas", la pequeña reía, mientras los de los lados hacíamos la cara de ternura acorde al momento.

A pocos metros de allí estaba el confesionario, un moderno y cómodo "cuartito" que esperaba por los pecadores pacientemente con su puerta a medio abrir, así fueron llegando uno tras otro. La primera una joven, el segundo un adolescente de unos 12 años y el tercero que después de entrar jamás volvería a salir, un amigo de aquel joven que salió absuelto rápidamente quizá por llevar puesta la camiseta de la Selección Argentina.

Para ese momento ya un niño de unos 4 o 5 años nos había pasado entre los pies a todos, éramos obstáculo para el avión de papel que un adulto ingenioso le fabricó con el pequeño volante que acostumbran repartir con el resumen de la eucaristía. Se sentía el "empujóncito" del pequeño y lográbamos identificar por dónde estaba porque las miradas de los no tan afortunados al piso siguiendo su caminar, lo delataban; era como una ola en el estadio, por el movimiento de la gente uno sabía en qué momento iba a llegar.

El sacerdote terminaba con su reflexión acerca de aquel pasaje de la biblia que deja frases   contundentes como aquella que salva la mujer adúltera de una apedreada: "aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Allí mismo sin saber por qué, se me vino a la cabeza Carmen Andrea Rengifo corresponsal del Canal RCN en Caracas Venezuela.

Algunos minutos más pasaron y llegó el momento de la elevación, el señor de la esquina de la iglesia puso sus rótulas en la tierra y mandó dos baldosas adelante a un joven y a su novia, creyendo que lo había visto todo, vi cómo el joven tomó impulso, sin importar en dónde estaba se agachaba a las orejas del señor arrodillado diciendo (!"#$%&&//()==&$#"$) y así del mismo modo acabándose la elevación, el de rodillas tomó impulso y parándose enérgico le puso el pecho en la cara al joven diciendo: "Y entonces", mientras tanto la novia les recordaba dónde estaban y el padre terminaba diciendo: "haced esto, en conmemoración mía".

Antes de la paz inquieto por la pelea me volteé y le propiné un codazó a un tipo de una gama bastante alta, al cual de inmediato por lo tenso del ambiente pedí perdón y aproveché para darle la paz, esa que nunca se dieron los desubicados de la esquina. 

Siendo las 7:40pm  mientras el niño de la camisa de la Selección Argentina le decía al que salía del confesionario: "te gastaste toda la misa", me dije  ami mismo hablando con él: "señor ellos no parecen ser dignos de que entren en tu casa y no se si una palabra tuya bastará para sanarlos"

Hoy lleno de fe hago un llamado a la tolerancia!!! 

    



       

martes, 12 de marzo de 2013

Yo era parte de la historia

Sin temor a ser juzgado un día salí de la casa, la de los abuelos de Emiliana y Federico, la misma que vio crecer a Maria Alejandra y Catalina, esa que queda encima de la que era la casa de doña Angela y su hija Natalia pero que hoy habitan León y Marina. Todos ellos eran parte de la historia del tercer piso al que volví después de escribir mis meses en la capital.

"Esa historia en la foto, la foto en la mesa, la mesa en la sala, la sala en la casa, la casa en el barrio, el barrio en la ciudad" Así lo dijo una vez un amigo de esos que sólo Dios sabe poner en el camino, Robinsón Posada "El Parcero del Popular Número 8". Siempre me pregunté por qué no siguió con el país y después el mundo y así hasta llegar al más oscuro de los hoyos negros, después de años y vivencias concluí que las ciudades se hacen grandes no por los metros cuadrados si no por sus historias.

Aquí abro mis más humildes "retinazos", no me disculpo, pero no me castiguen cuando mis ojos no vean lo mismo que los suyos, a veces suelo no enfocar bien, prefiero volver a repasar con mi mirada y ponerle el sentir de quien vive sus historias para contarlas.

Soy "opinador" de calle y vividor de buses, considerado a sí mismo como el alma en pena que ama el barrio, manejo lo que tengo: mis dos pies y los billetes de baja denominación, escribo asfalto, defino el interés como  un aroma u otro que depende de la lupa con la que se le mire, la mía está rota.

Escupo lo que pienso y medito lo que digo.